El verdadero amor no tiene fecha de caducidad

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Wednesday, October 21, 2015

Vocación al matrimonio, tan "digna e importante" como la del sacerdocio



Varios obispos que participan en el sínodo del Vaticano sobre la familia han evocado la necesidad de una mejor preparación para el matrimonio, al punto que uno de ellos propuso incluso instaurar un "noviciado" de seis meses para poder casarse.

Otro obispo evocó un proverbio oriental "Antes de juzgar a alguien, ponte en sus zapatos", para señalar una "paradoja": "La mayoría de nosotros somos célibes y, a veces, yo sufro por lo que nuestra madre Iglesia puede hacer cargar sobre los hombros a nuestras familias, fardos pesados que nosotros seríamos incapaces de llevar".

Varios de los 75 participantes han insistido sobre el hecho de que la vocación para el matrimonio debe ser reconocida tan "digna e importante" como la del sacerdocio o la vida religiosa, según comunicaron los observadores presentes en un informe brindado a la prensa.

Además, afirman, se necesitan años de formación en el seminario para convertirse en sacerdote, mientras que la preparación para el matrimonio, que la Iglesia considera sagrado e indisoluble cualquiera sean las vicisitudes de la vida, a veces se limita a un fin de semana. Uno de los intervinientes propuso entonces rechazar la celebración de matrimonios en las parroquias "sin al menos seis meses de noviciado", reveló uno de los informantes.

Sin entrar de lleno en las modalidades de este "noviciado", el participante que lo propuso explicó que se trataría de practicar un acompañamiento para ayudar a las parejas a elaborar, antes del matrimonio, su propio proyecto de vida en común.

"¿Cómo crecer, cómo perdonar los errores y límites del otro, cómo mantener la alegría de la familia y, por encima de ello, cómo acompañar la tristeza, los sufrimientos, las crisis, cómo superar y soportar de manera creativa las eventuales aventuras del cónyuge?", explicó uno de los observadores. "La única garantía del matrimonio y de la familia es un amor maduro entre personas radicalmente imperfectas", añadió.

Signo de la variedad de las intervenciones fue la afirmación de otro obispo, quien dijo que la Iglesia no será creíble sino que con "una palabra profética", presentando la indisolubilidad del matrimonio religioso con "la mayor claridad y sin complejos".

El sínodo fue convocado por el papa Francisco para debatir durante tres semanas sobre los retos que encara la familia moderna.(RD/Agencias)

"Los divorciados no están excomulgados". La archidiócesis de Guayaquil analiza la excomunión a divorciados vueltos a casar

“Los divorciados en nueva unión no están excomulgados y deben ser acogidos por la Iglesia católica”. Lo dijo el papa Francisco en la catequesis del pasado miércoles y al respecto la Archidiócesis de Guayaquil hizo algunas apreciaciones, en un boletín enviado por su departamento de comunicación.

Allí se indica que el pontífice «lo recordó», pues «los divorciados vueltos a casar nunca han sido excomulgados». «Ellos van a misa, sus hijos están en la catequesis, ayudan en las parroquias. Los acogemos fraternalmente, aunque no puedan comulgar», se indica y agrega: «Como recuerda el papa, su situación sigue siendo irregular. (Él) insiste en que no se les puede tratar mal ni cerrar las puertas».

Explica que «excomunión es una pena canónica que implica expulsión de la Iglesia. Estar excomulgado es una situación jurídica y los divorciados en nueva unión no incurren en esa situación. Quedan excomulgados, por ejemplo, alguien que participe en un aborto».

Los divorciados en nueva unión, no pueden comulgar porque viven en «situación de pecado», expresa la curia y menciona que del tema trata el Catecismo de la Iglesia católica de 1992.

EXCOMUNIÓN Y DIVORCIADOS EN NUEVA UNIÓN

El Papa Francisco en la catequesis del miércoles 5 de agosto (2015), ha recordado que las personas divorciadas en nueva unión no están excomulgadas y que deben ser acogidos y acompañados por la comunidad cristiana. Para evitar malos entendidos y la consecuente desinformación, es nuestro deseo hacer las siguientes aclaraciones.

Los divorciados vueltos a casar nunca han sido excomulgados. Siempre se los ha recibido en la Iglesia. Ellos van a Misa, sus hijos están en la catequesis, ayudan en las parroquias. Los acogemos fraternalmente aunque no puedan comulgar. Como recuerda el Papa Francisco, su situación sigue siendo irregular. En lo que insiste el Papa es en que no se les puede tratar mal, en que «no se le puede cerrar las puertas a nadie».

Excomunión es una pena canónica que implica expulsión de la Iglesia. Estar excomulgado es una situación jurídica y los divorciados en nueva unión no incurren en esa situación. Queda excomulgado, por ejemplo, un sacerdote que revele el secreto de confesión o alguien que participe en un aborto.

Así aunque uno no comulgue, sigue perteneciendo a la Iglesia (por ejemplo, cuando tenemos pecado mortal, no comulgamos, pero seguimos siendo parte de la Iglesia). Los divorciados en nueva unión, no pueden comulgar, no porque estén excomulgados, sino porque viven en situación de pecado. Es una situación de pecado, como dice el Evangelio: el que se casa con una divorciada comete adulterio (Evangelio según San Mateo 19,9).

Por otro lado, cuando se casaron por segunda vez muchos sabían que eso les impediría comulgar, y aun así optaron por casarse. Como también hay gente que no elige casarse, pues prefiere estar en gracia y comulgar. Todo el mundo es libre de hacer con su vida lo que le parezca más conveniente, pero si se quiere recibir la comunión, se debe aceptar unas condiciones.

La doctrina de la Iglesia sobre este tema está bien explicada en el Catecismo de la Iglesia Católica, promulgado en el año 1992:

1650 Hoy son numerosos en muchos países los católicos que recurren al divorcio según las leyes civiles y que contraen también civilmente una nueva unión. La Iglesia mantiene, por fidelidad a la palabra de Jesucristo («Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio»: Mc 10,11-12), que no puede reconocer como válida esta nueva unión, si era válido el primer matrimonio. Si los divorciados se vuelven a casar civilmente, se ponen en una situación que contradice objetivamente a la ley de Dios. Por lo cual no pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista esta situación, y por la misma razón no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiales. La reconciliación mediante el sacramento de la penitencia no puede ser concedida más que aquellos que se arrepientan de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo y que se comprometan a vivir en total continencia.

1651 Respecto a los cristianos que viven en esta situación y que con frecuencia conservan la fe y desean educar cristianamente a sus hijos, los sacerdotes y toda la comunidad deben dar prueba de una atenta solicitud, a fin de que aquellos no se consideren como separados de la Iglesia, de cuya vida pueden y deben participar en cuanto bautizados:

«Exhórteseles a escuchar la Palabra de Dios, a frecuentar el sacrificio de la misa, a perseverar en la oración, a incrementar las obras de caridad y las iniciativas de la comunidad en favor de la justicia, a educar sus hijos en la fe cristiana, a cultivar el espíritu y las obras de penitencia para implorar de este modo, día a día, la gracia de Dios».

Fuente: infocatolica.com

Tuesday, October 20, 2015

¿Por qué no una preparación parecida a un noviciado antes de casarse?, plantean en el Sínodo de la Familia (Octubre 2015)

El Sínodo ha comenzado las intervenciones de los padres sinodales respecto a la segunda y tercera parte del Instrumentum Laboris. Ahora, es el momento para hablar sobre “El discernimiento de la vocación familiar” y “La misión de la familia hoy”.

Entre los temas abordados, explicó el padre Federico Lombardi en la rueda de prensa, están “la familia como escuela de humanidad y de santificación”, “espiritualidad familiar, cómo orar juntos, vivir los sacramentos”.

Otro aspecto analizado, explicó el portavoz de la Santa Sede, fue cómo “la vocación matrimonial no debe ser vista como inferior respecto a la sacerdotal, es igualmente digna ante Dios”.

Por otro lado, se subrayó la importancia de los movimientos y asociaciones de vida familiar, tan importantes en la pastoral.

El padre Lombardi también indicó otros temas surgidos pero en menos intervenciones, como la relación interreligiosa en las familias, cuyo punto de referencia para la reflexión fue el testimonio de una pareja india, ella católica y él hindú. También se habló de los hijos como don, y la educación de los mismos. Y se advirtió que la familia no es siempre un lugar adecuado de referencia para todas las personas, “no se debe idealizar la familia”, porque también sucede que la corrupción o el crimen están presentes en algunas de ellas y esto puede condicionar en la formación y crecimiento personal de sus miembros.

Por su parte, el padre Manuel Dorantes, portavoz para la lengua española, precisó que varios padres sinodales insistieron en la importancia de la formación previa al matrimonio.

“El matrimonio es una vocación. El mismo Dios que llama al sacerdocio, llama al matrimonio”, recordó. Y se han planteado por qué no una preparación equivalente al catecumenado o el noviciado antes del matrimonio.

En el Sínodo se plantea que la formación no debe ser solo previa sino también de acompañamiento posterior.

Además, lo previo no debe ser solo una catequesis, sino un ayudar a la pareja a plantearse y ver cómo será su programa de vida en común.

Fuente: religionenlibertad.com